El éxito se consigue actuando
- Cristina Gon
- 18 mar 2020
- 2 Min. de lectura
Confía en tí, los objetivos siempre se alcanzan.

"¿Y si apruebo?" Esa es la mentalidad. Ahora solamente queda poner los medios.
Focalizar el objetivo y, lo más importante, lo que esto supone para uno mismo es un elemento clave a tener en cuenta en aquellos momentos en que nuestro ánimo decae.
El esfuerzo realizado es la mejor garantía de éxito, debemos alejar el sentimiento de frustración que genera el tiempo dedicado a estudiar y desarrollar hábitos diarios de estudio. No es tan importante estudiar cuatro o dos horas, sino que incorpores ese hábito en tu vida diaria.
La gestión emocional es básica en estos procesos. Una oposición no debe ser dura, debe ser un hábito durante un tiempo.
Crea un hábito. La constancia es tu mejor aliado.
Retomar el estudio y afrontar un proceso de meses provoca cierta pereza inicial. Nuestra labor es superar esa resistencia que desaparece con el hábito. Una forma sencilla de eliminar esa resistencia es la incorporación gradual de esos hábitos y asociarlos a lugares y momentos en los que te sientas mínimamente confortable.
Debemos buscar nuestro ambiente ideal para el estudio que debe ser ordenado, silencioso, estar muy bien iluminado y debe ser cómodo.
Desde aquí iremos fijando nuestros objetivos por semanas, incrementándolos gradualmente y gestionando nuestro tiempo de estudio, nuestra vida diaria y los descansos. Esta labor es de pura constancia ya que debemos distribuir nuestro trabajo a largo del tiempo y los resultados estarán más relacionados con la disciplina mantenida que con nuestras capacidades personales.
Educa la memoria.
Estos procesos requieren un hábito memorístico, tanto el Gobierno Central como algunos autonómicos estarían trabajando en vías para reducir la memorización de temarios infinitos y dar un mayor peso a las aptitudes y la práctica a la hora de valorar a aquellos que quieran ser funcionarios. Esta es una buena noticia, pero de momento debemos trabajar en u entorno más memorítico.
Para ello debemoos trabajar en tres campos:
La codificación es el proceso en el cual se prepara la información para poder ser almacenada. En esta primera fase de la memoria, la concentración, la atención y la motivación son muy importantes. Esta es la fase que nos llevará más tiempo y que requiere más constancia.
El almacenamiento consiste en retener los datos en la memoria para una utilización posterior. Esto se trabaja a través de las vueltas que le damos al temario y que nos permitirá retener un mayor porcentaje de información en la memoria.
Y, por último, la recuperación nos permite poder encontrar la información cuando la necesitamos, es decir, recordar y plasmar nuestros conocimientos en el momento de examinarnos.
Ese trabajo es difernte en un examen tipo test, en desarrollo por escrito de un tema o en un examen oral, por eso es importante ajustar nuesto proceso memorístico con eficacia al tipo de prueba al que nos vayamos a someter.
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